Pages

jueves, 23 de abril de 2015

Scones

          dedicados a Pinto...y los días en que cruzaba el puente           de la Gral. Paz para llevarlos calentitos a la tarde...


¡Qué ricos son los scones! Los hago desde muy chica porque es una receta muy muy sencilla. Pocos ingredientes, poco trabajo y poco tiempo de cocción. Los podés hacer dulces o salados. Hoy les propongo dulces, y otro día haremos integrales, de queso, hierbas y diversos sabores.
Están buenísimos para acompañar cualquier merienda, solos, con mermelada o lo que más te guste.
Los tradicionales son grandes, yo en cambio los hago pequeños como un bocado para comer en cualquier momento de tentación.
Me acuerdo una vez en Chile que se los quise preparar a mi amiga Angela; puse especial esmero en conseguir todos los ingredientes, y en cuanto los metí en el horno me di cuenta de que me había olvidado de ponerle a la masa los huevos caseros que con tanto amor había traído de la feria...a ella y su mamá le encantaron igual.
Son esas masas medio indefinidas...ni muy dulces ni saladas, con mucho aroma a manteca, a cosa casera y a abuelas de antaño. Para una tarde que no sepas muy bien lo que querés...y si el día está feo muchísimo mejor.

Me encantaría saber si los hicieron, si les gustó la receta y qué otras comidas quisieran que postee...
¡Hasta la próxima!

Elementos

100 gr. de manteca fría cortada en cubitos
1 huevo (si es casero mejor)
Huevo batido o crema de leche para pintar
400 gr. de harina leudante
60 a 80 gr. de azúcar (depende de cuán dulces los quieras)
2 cucharadas de yogur natural
pizca de sal
100 gr. de crema de leche (también podés reemplazarla por leche, en cantidad necesaria para tomar la masa)
Le va bien un poco de ralladura de limón, aunque no es necesario


Alquimia

Encendemos el horno a temperatura media

Colocamos la harina, azúcar y sal en un bol grande, agregamos la manteca en trocitos y con las yemas de los dedos vamos desarmando la manteca, sin tocarla demasiado, hasta que quede integrada. Podemos hacerlo en la procesadora...pero lleva muy poco trabajo y no queda exactamente igual.

Luego incorporamos el huevo, la crema y el yogur en el centro, lo mezclamos un poco y con ayuda de un cornet o cuchara de madera comenzamos a unir los líquidos a los ingredientes secos hasta que se forma una masa. Nos ayudamos con las manos pero sin amasar.
Los scones salen más ricos cuánto menos se los amasa. Tiene que quedar una textura migosa, que si bien está firme, tiende a desarmarse.

Ahora estiramos la masa en la mesada apenas espolvoreada con harina (si hace falta) y la doblamos sobre sí misma una vez. Luego estiramos hasta lograr un espesor de 1 1/2  a 2 cm., teniendo cuidado de que nos quede parejo.

Con un cortante redondo hacemos los scones y los pasamos a una placa enmantecada y enharinada o cubierta su base con papel manteca.

Pintamos la superficie de cada uno con huevo batido o crema de leche y los llevamos al horno de 15 a 20'

Enfriamos en una rejilla.

Hay que tener cuidado con la temperatura del horno porque la base tiende a dorarse demasiado rápido si está muy caliente. Lo mejor es comerlos tibios, si pasaron a unos días los podés calentar por unos segundos en el microondas o en hornito eléctrico y quedan perfectos.








domingo, 19 de abril de 2015

Sacha Linzer Torte



El día de hoy, fresquito, indeciso entre quedarse en el pasado caluroso o rendirse ante el otoño inminente, me inspiró para hacer esta tarta. No es una tarta más, es una tarta delicada, suave, buena compañera para una bonita tetera en soledad.
A simple vista parece claramente prima hermana de nuestra popular pastafrola, a mí me gusta pensar que sí: esta es mi versión de la Linzer Torte de la pastelería europea, algunos ingredientes son diferentes porque usé los que tenemos a mano aquí en mis pagos. De eso se trata la alquimia de la cocina...al viajar de un lado a otro las recetas van mutando, adoptando nuevas formas más parecidas a los paisajes donde se asientan...como nosotros.
En un hermoso rinconcito del centro tucumano, Tea Way, la hacen riquísima. Pero un día me animé a hacerla yo. Es perfecta para lo no tan dulceros, porque lleva dulce de ciruelas o frambuesas que le regalan una acidez muy bienvenida. Está buena para convidar pero lo cierto es que yo la hago especialmente para mí, para sacarme una sonrisa, levantar cualquier mal día y dejarme llevar...


Elementos

150 gr. de nueces tostadas y molidas (si tenés avellanas o almendras mejor!)
200 gr, harina 0000 (o si te animás poné un poco menos de harina 0000 y un poco de harina integral extrafina)
150 gr. de manteca fría
3 yemas grandes
1 cdita. de polvo de hornear
100 gr, azúcar
1 cucharada de cacao amargo
1 cdita. especias de repostería
1 cdita. de canela
ralladura de limón
chorrito de agua fría (apenas)

Para el relleno:
Medio kilo de dulce de ciruelas o frambuesas (fijáte que tenga buena consistencia...si es demasiado líquido se va a caer por los bordes de la tarta)

Alquimia

1.Tamizamos todos los ingredientes secos. Procesamos junto a la manteca cortada en trocitos y la ralladura. Si no tenés procesadora lo vas trabajando con la yema de los dedos hasta lograr un arenado. 2. Luego incorporamos las yemas y el chorrito de agua hasta formar un bollo. Unimos todo bien sin amasar. Achatamos y guardamos en la heladera un buen rato...No vamos a hacer otra cosa mientras tanto!

3. Encendemos el horno a temperatura media. 
Sacamos la masa y reservamos un tercio para hacer luego las tiras que van encima. 

4. La estiramos con un palote espolvoreando con un poco de harina la mesada y la masa. Si vemos que se quiebra demasiado, lo que hacemos es cortar trozos e ir forrando con ellos un molde clásico de tarta, No es necesario que quede muy muy fina porque es una masa exquisita gracias a los frutos secos y la manteca.

5. Ahora, acomodamos el dulce por toda la masa, con generosidad. 

6. El último paso es el más difícil, al menos para mí que soy un poco desprolija. Debemos estirar el tercio de la masa restante e ir cortando tiras que distribuiremos en forma vertical y horizontal, como en la pastafrola. Serán unas diez en total.
(Si definitivamente no te salen y se te rompen cuando querés trasladarlas a la tarta, te conviene hacer choricitos y achatarlos un poco. Si sos muy profesional, podés hacer las tiras y cortarlas con un cuchillo bien prolijas, llevarlas a la heladera unos minutos y luego colocarlas en la tarta, para que mantengan mejor la forma)

7. Pintamos con huevo batido las tiras y el borde o con una mezcla de miel diluida en un poquito de agua tibia.

8- Al horno moderado por unos 45' a una hora. A que no vas a poder esperar que se enfríe!!




domingo, 29 de marzo de 2015

Tarta de cebollas caramelizadas

                                                                                                           dedicada a Ale y Vero

Esta tarta está buena para un día de frío que tengas ganas de estar en casa, porque la cebolla caramelizada tarta bastante en cocinarse, pero una vez que la pruebes no vas a dejar de hacerla, prometido! 
Vamos a aprender a hacer una masa de tarta. Te aviso que es un viaje de ida. Cuando la haces por primera vez quizás te cueste un poquito agarrarle la mano, pero luego vas a ver que te es tan sencillo que lo pensás dos veces antes de comprar la masa en el almacén. Igual, si estás muy cansada y ocupada todo el día, vale!

Esta masa la podés usar para todo tipo de relleno. A mí me gustan las tartas chatitas, no demasiado altas, porque así se aprecia más el gusto de la masa casera.En otra oportunidad, les comparto la tarta de espinaca puerro y queso, que se hizo bastante famosa en la familia especialmente en las fiestas de fin de año.

Acompañala con alguna ensaladita de hojas verdes, como la cebolla caramelizada es dulce, queda muy bien con sabores contrastantes, como queso azul o de cabra, radicheta, jamón crudo...o lo que tengas en casa!

PD: La más rica tarta de cebollas que comí fue en la casa de mi hermana Lola...gracias por invitarnos siempre!

Elementos

Para la masa

100 gr. de manteca fría (o un poco menos si te estás cuidando)
¾ taza de harina (taza grande)
¼ taza de harina integral
Sal
1 huevo
1 chorrito de agua helada
2 ramitas de romero picado

Para el relleno

1 kilo y medio de cebollas
Aceite
Hojitas de orégano o tomillo fresco (es importante que sea fresco, si son hierbas secas poner muy poquito, porque el sabor es más intenso)
Pimienta
Pizca de sal

Para el ligue

Media taza de crema de leche
1 huevo
Sal
Un buen puñado de queso parmesano rallado

Alquimia


Masa

Podés hacerla a mano o con la cuchilla de la minipimer. Cortás la manteca bien fría en trocitos y la procesás con la sal y las harinas. Luego agregás el huevo y apenas un chorrito  de agua helada (muy poquito). Procesás, apretando y soltando el botón un par de veces hasta que tome la masa. Se forma como un bollo, lo pasas a un plato o la mesada y terminas de unir todo con las manos. Estas masas es mejor tocarlas lo menos posible porque llevan mucha manteca y si toman temperatura se desarman. No hay que amasar, solo unir los ingredientes. Una vez logrado el bollo, aplástalo y llévalo a la heladera con un separador o film por una media hora para que sea más fácil estirarlo.



Mientras, vamos con las cebollas…

En una sartén u olla de fondo grueso, colocar  a fuego bajo un buen chorro de aceite y el kilo y medio de cebollas cortadas en pluma lo más finas posibles. Aprovechen para llorar las penas guardadas, esas que están queriendo salir desde hace años…una buena música ayuda a levantar el ánimo después.
Las cebollas tardan como una hora en caramelizarse, cada tanto hay que revolver con cuchara de madera, especialmente para evitar que se dore. Buscamos que se cocinen lentamente y se vayan poniendo color caramelo. Agregamos las ramitas de tomillo o de orégano, un poquito de sal y dejamos.

Volviendo a la masa…

Encendemos el horno a temperatura media (180°)
Retiramos la masa de la heladera y en una mesada espolvoreada con harina estiramos la masa con palote u oflador como se dice en pagos tucumanos. Esta cantidad sirva para un molde de tarta clásico. Forramos la tartera y con un tenedor pinchamos en varias partes para evitar que se levante la masa. Si tenés mucho tiempo dejala unos cinco minutos en heladera o freezer porque cuanto más fría está mejor mantiene la forma en el horno.

La llevamos al horno por 10 minutos, eso se llama blanquear, es darle una pre cocción para que sostenga mejor el relleno. Retiramos del horno






Armado


Una vez que tenemos listas las cebollas (van a ver que se reduce muchísimo), esperamos unos minutos que baje la temperatura y las colocamos sobre la masa bien distribuidas. En una taza mezclamos el huevo apenas batido con la crema de leche, la sal y el queso rallado lo esparcimos sobre toda la tarta, no importa que no cubra todo.Llevamos al horno por 20  a 25 minutos hasta que se dore por arriba. Buen provecho!









viernes, 30 de enero de 2015

Pancitos de leche en dos versiones

                                                         
Amasar es una de las experiencias más bellas de la cocina...pura transformación. Partís de elementos aislados, diferentes, desunidos, y una vez que tus manos se hunden en la harina algo cobra vida. Comienzan a producirse reacciones y encuentros de todo tipo: crecimiento, cambio de estado, calor, unión, expansión. Lo que estaba separado ahora está unido. Lo que se veía de una forma ahora se ve de otra.Y si le das calidez, se eleva, se desarrolla, sube. El pan es todo eso. Depende de cuanto estés dispuesto a dedicarte, a entregarte a ese tiempo en el que trabajan juntos el cuerpo y el alma. 
Cuando un pan sale del horno el aroma invade todo alrededor. Acerca, suaviza, invita y es generoso.
Es para todos.

Entre los numerosos autores que han dedicado pensamientos y palabras al pan, está esta Oda de Pablo Neruda

Oda al pan

Pan,
con harina,
agua
y fuego
te levantas.
espeso y leve,
recostado y redondo,
repites el vientre
de la madre,
equinoccial
germinación
terrestre.
Pan,
qué fácil
y qué profundo eres:
en la bandeja blanca
de la panadería
se alargan tus hileras
como utensilios, platos
o papeles,
y de pronto,
la ola
de la vida,
la conjunción del germen
y del fuego,
creces, creces
de pronto
como
cintura, boca, senos,
colinas de la tierra,
vidas,
sube el calor, te inunda
la plenitud, el viento
de la fecundidad,
y entonces
se inmoviliza tu color de oro,
y cuando se preñaron
tus pequeños vientres,
la cicatriz morena
dejó su quemadura
en todo tu dorado
sistema de hemisferios.
Ahora,
intacto,
eres
acción de hombre,
milagro repetido,
voluntad de la vida.
Oh pan de cada boca,
no
te imploraremos,
los hombres
no somos
mendigos
de vagos dioses
o de ángeles oscuros:
del mar y de la tierra
haremos pan,
plantaremos de trigo
la tierra y los planetas,
el pan de cada boca,
de cada hombre,
en cada día,
llegará porque fuimos
a sembrarlo
y a hacerlo,
no para un hombre sino
para todos,
el pan, el pan
para todos los pueblos
y con él lo que tiene
forma y sabor de pan
repartiremos:
la tierra,
la belleza,
el amor,
todo eso
tiene sabor de pan,
forma de pan,
germinación de harina,
todo
nació para ser compartido,
para ser entregado,
para multiplicarse.
Por eso, pan,
si huyes
de la casa del hombre,
si te ocultan,
te niegan,
si el avaro
te prostituye,
si el rico
te acapara,
si el trigo
no busca surco y tierra,
pan,
no rezaremos,
pan,
no mendigaremos,
lucharemos por ti con otros hombres,
con todos los hambrientos,
por todos los ríos y el aire
iremos a buscarte,
toda la tierra la repartiremos
para que tú germines,
y con nosotros
avanzará la tierra:
el agua, el fuego, el hombre
lucharán con nosotros.
iremos coronados
con espigas,
conquistando
tierra y pan para todos,
y entonces
también la vida
tendrá forma de pan,
será simple y profunda,
innumerable y pura.
Todos los seres
tendrán derecho
a la tierra y a la vida,
y así será el pan de mañana,
el pan de cada boca,
sagrado,
consagrado,
porque será el producto
de la más larga y dura
lucha humana.
No tiene alas
la victoria terrestre:
tiene pan en sus hombros,
y vuela valerosa
liberando la tierra
como una panadera
conducida en el viento.

Vamos a compartir varias recetas de panes blancos e integrales en el blog, La de hoy la hice casi igual a la del libro Recetas para compartir de Juliana López May, modifiqué muy poquitas cosas, entre ellas un par de cantidades en los ingredientes y la presentación final.

Elementos

1 kilo de Harina 0000
6-7 gramos de levadura seca (o 25 gr. de levadura fresca)
180 gr. manteca pomada, lo más blanda posible
1 cucharada de miel
10 gr. de sal
2 tazas de leche tibia
1 huevo para pintar

Alquimia

Colocamos la harina tamizada con la sal en un bol, dejando un poquito aparte por si necesitamos agregar al final. Hacemos un hueco en el centro, como una corona, y ponemos un poco de leche tibia, la miel y la levadura. Con los dedos o con cuchara de madera, mezclamos bien e incorporamos más leche y la manteca blanda. Vamos uniendo de a poco la harina, alternando con la leche, siempre desde el centro hacia afuera.

Cuando se integre todo, volcamos a la mesada y trabajamos con las manos, amasando por lo menos 7 u 8 minutos hasta lograr una masa tierna y lisa. La pasamos a un bol amplio y limpio y la dejamos levar tapada con un lienzo húmedo en un lugar cálido hasta que crezca bastante (entre 40 minutos a una hora, dependiendo de la temperatura del ambiente)


Es muy importante que no se generen corrientes de aire en el lugar porque afectan el levado de nuestro pan. Encendemos el horno a 180°C.
Luego, aplastamos un poco la masa en la mesada, sacándole el gas, y tomando pedazos de masa del tamaño de una pelota de ping pong o un poco más, formamos bollos que vamos colocando uno al lado de otro es un molde redondo de paredes altas, enmantecado y enharinado tipo molde de torta o bizcochuelo. Pintamos con huevo y encima de cada uno espolvoreamos con algún condimento que nos guste. Yo usé pimentón, semillas de amapola y nueces, también puede quedar bien semillas de sésamo, girasol, chia, curry, queso rallado...) 

         

Dejamos levar tapadito con lienzo unos 15 a 20 minutos más y horneamos por 30 a 35 minutos, hasta que haya crecido y se dore bien por arriba.

Con un cuchillo de punta redonda o una espátula revisamos los bordes para controlar que se despeguen fácilmente. Desmoldamos con cuidado y dejamos enfriar sobre una rejilla.


Con la masa restante, podés hacer unos mini pancitos, armando bollos muy pequeños, que dispones de igual modo en un molde redondo, uno al lado del otro, y pintas con huevo antes de llevar al horno por 30 minutos.Se conservan bien un pár de días y si los vas a consumir más adelante mejor freezarlos.





jueves, 29 de enero de 2015

Galletas integrales de avena, nueces y chips de chocolate

                                                      dedicadas a Maru...  y a todos los H.I.J.O.S


Siempre me gustaron las cosas dulces...cuando era chica disfrutaba enormemente de los chocolates y golosinas que día tras día nos traía mi abuela Ofelia de su kiosko. Recuerdo que cuando íbamos allá con mi hermana, nos sentíamos orgullosas de que nos dejaran atender a los clientes...la gente señalaba lo que que deseaban llevar y nosotras corríamos con suma delicadeza el vidrio repartido (que en esas épocas se usaba mucho para exhibir las golosinas en los kioskos) y se lo entregábamos felices, como si fuera un pequeño tesoro. Una vez concluida la venta, mi abuela o mis tías nos decían "elíjanse lo que quieran" y ahí estábamos de nuevo desplazando el cristal para tentarnos con alguna dulzura.

Lo cierto es que hoy en día muchos productos envasados han perdido la calidad y no resultan saludables. especialmente las galletitas, que en casa consumimos bastante. Por eso decidí hacerlas caseras. Saber lo que comemos es uno de los primeros pasos para una alimentación más consciente.

Desde hace años voy probando diferentes recetas de galletas y no me ha ido muy bien con la mayoría de ellas. Tuve que cambiar cantidades, ir probando de a poco hasta llegar a lograr una consistencia crocante pero suave por dentro, gustosa, con el dulzor suficiente, que no se desarme pero que tampoco sea dura.

Me acuerdo que las hice mucho unos veranos atrás, cuando estábamos viviendo en Nono y recibimos a primos y amigos. La imagen de llegar al río Los Sauces con la canasta llena de galletas y muffins para tomar mate al atardecer me dibuja una sonrisa. Guardo muchas fotos mentales de momentos como ese, donde todo parecía fluir tan intensamente como el río.

Ahí van. Perfectas para compartir, y también para guardar en una lata en casa y robar una mientras pensamos en otra cosa...


Alquimia

En un bol mezclamos bien 75 gr. de manteca pomada con media taza de azúcar común y media taza generosa de azúcar integral de caña. Agregamos si tenemos un chorrito de escencia de vainilla y ralladura de media naranja. Sumamos un huevo y mezclamos nuevamente. 

Ahora tamizamos 110 gr. de harina 0000 y 110 gr. de harina integral con media cucharadita polvo para hornear y pizquita de bicarbonato de sodio. También ponemos siempre y cuando te guste, una cucharadita de canela en polvo y un dedo de ralladura de jengibre

Agregamos todo esto a la mezcla anterior, unimos bien e incorporamos tres cuartos taza de avena arrollada. Por último ponemos un buen puñado de nueces partidas en trocitos (si tenés ganas de tostarlas su sabor se intensifica increíblemente) y chips de chocolate.  

Te va a quedar una mezcla bien compacta y así debe ser. La dejamos en la heladera por media hora o más.


Encendemos el horno a 180° C. y elegimos un molde chato lo más grande posible, si tenés una placa de silicona es de mucha ayuda y sino enmantecada y enharinada

Para armar las galletitas, tomamos un poco de masa y hacemos bolitas con las manos, colocándolas en el molde bien separadas unas de otras, o sino podés poner una porción de masa ayudándote con dos cucharas y vas armando las galletas de la misma forma. Las podemos aplastar un poquito o dejarlas así de acuerdo a si las queremos más chatas o más altas.




Las tendremos listas en 14 a 18 minutos. Cuando vemos que la base ya está un poco doradita, las retiramos y dejamos enfriar en rejilla. Si se nos pasan, van a quedar duras y algo quemadas por debajo.

Podés probar de ponerle todo azúcar integral si querés hacerlas más sanas y las nueces también podrías reeplazarlas por almendras, maní, avellanas. Otra opción es incorporarle arándanos frescos, quedan riquísimas. Bon appétit!


    

domingo, 25 de enero de 2015

Budín cítrico de vainilla

Budin de Sole
                                 
Dedicado a Nati, mi cumpa traslaserrana

Si me ofrecieran las delicias más exquisitas todas juntas, las cambiaría sin dudas por una buena rebanada de budín. Me encantan los budines, los más sencillos, los integrales, los súper húmedos, los de banana, solos o glaseados, con nueces, con chips de chocolate, como vengan.
Son de esas recetas que hago casi sin darme cuenta. De repente en un día medio gris me agarran ganas de cocinar algo dulce y sin pensarlo me encuentro haciendo un budín, y para no aburrirme con la misma receta, le agrego algo, pruebo con un ingrediente nuevo, cambio de molde, invento otra cubierta…en fin, mil versiones de este clásico que es como volver a casa, tiene algo de refugio, de lugar seguro, de palmadita en la espalda.
Te acompaña amablemente en el desayuno, en la merienda y en las largas horas de mate con amigos.
Esta receta en particular es increíble porque el resultado es un budín aterciopelado, suaaave y húmedo, con un par de gratas sorpresas como el toque ácido de los cítricos y la presencia apenas insinuada de la harina de maíz.
Con estas cantidades vas a obtener un budín mediano, y con lo que sobra yo hice unos muffins que quedaron muy bien. Si querés hacer para regalar, te alcanzaría para unos tres moldes más pequeños de esos de cartón o aluminio que venden en las casas de cotillón o repostería.



Elementos

280 gr. de azúcar
150 gr. manteca pomada
3 huevos
1 cucharada de esencia de vainilla
Ralladura de un limón y dos naranjas
Jugo de media naranja
1 pote de yogur natural,180 gr. aprox. (Si podés sacálo un rato antes de la heladera)
1 cucharada sopera de miel
300 gr. harina 0000
25 gr. de harina de maíz instantánea
2 cucharaditas de polvo de hornear
Azúcar impalpable o glass para espolvorear


Alquimia

Precalentar el horno a 180º C.
Batir la manteca a temperatura ambiente con el azúcar hasta integrar bien, podés usar batidora de varillas o de mano.
Agregar la esencia de vainilla y las ralladuras
Incorporar los huevos de a uno y seguir batiendo
Sumar la miel y el yogur natural
Con una espátula o cuchara de madera incorporar de a poco las harinas tamizadas junto al polvo de hornear alternado con el jugo de naranja. Tenés que lograr una mezcla muy suave y homogénea
Volcar sobre una budinera enmantecada forrada con papel manteca a su vez ligeramente enmantecado. Este procedimiento es medio engorroso, pero te aseguro que te garantiza un desmolde muy sencillo y además protege un poco la base del budín en caso de que pudiera dorarse demasiado.
Hornear por unos 40 a 50 minutos, dependiendo de cómo cocine tu horno…No te tientes en abrirlo al menos hasta pasados los 35 minutos, pues eso podría arruinar el levado del budín. Estará listo cuando tenga un hermoso color dorado y al pinchar con palillo en el centro, éste salga seco.
Es mejor esperar un rato a que pierda temperatura antes de desmoldarlo.
Podés cubrirlo de muchas formas, glaseado, cobertura de chocolate blanco o negro, o como en este caso, simplemente espolvorearlo con azúcar impalpable. Es tan rico su sabor que no necesita nada más.
Poné el agua para el mate… ¡y a disfrutar!






Si te sobró masa, podés hacer unos muffins y antes de meterlos al horno les espolvoreas azúcar común en la superficie, de esta forma te queda una costrita crocante. Acordáte que los muffins se cocinan mucho más rápido, en unos 20 a 25 minutos.






viernes, 23 de enero de 2015

Brownies intensos


dedicados a mi amiga Angela de Colombia

Todo lo que tiene chocolate dicen que mejora el humor y da alegría. ¿Quién puede negarlo? No hay nada que se compare a un brownie perfecto para levantar cualquier día, si es invierno mejor y compartido en alguna reunión con amigos te llevará sin dudas a estirar sin límites la mente y la sobremesa…
Los brownies fueron mi primera receta exitosa, de esas que aunque no siempre iguales, una y otra vez me salían bien. La hice innumerables veces, muy pocas para casa, la mayor parte para llevar a alguna celebración, cena, convites varios. No falla, y es muy agradecido por todas las personas, sin distinción de sexo, edad o religión.
Los que les gusta la pastelería saben que hay variaciones en la receta del brownie, pero la base siempre es la misma y la forma de preparación también. Es una receta muy simple, lleva muy poco trabajo y se cocinan rapidísimo, por eso es uno de mis caballitos de batalla para salir airosa de cualquier apuro.
Además, rinden mucho, ya que a mi me gusta cortarlos en cuadrados pequeños, pues una porción pequeña de este dulce es suficiente para disfrutar su intensidad sin arrepentimientos…aún así todos terminan pidiendo más.
Ahí va mi receta con sus pequeños secretos. Después me dicen qué tal les fue.

Ojo! El chocolate debe ser bueno, de esto dependerá en gran medida el sabor intenso que logres al final.

Elementos

200 gr. de chocolate amargo de buena calidad
180 gr. Manteca o mantequilla
250 gr. de azúcar
1 taza y un cuarto de harina 0000
1 cdta. pequeña de polvo de hornear
3 huevos
1 cdta. esencia natural de vainilla
2 cucharadas copetudas de cacao amargo de buena calidad

Opcionales



Nueces / Trocitos de chocolate blanco o negro / Chorrito de café fuerte / Ralladura de naranja

Alquimia
 
Precalentar el horno a 180ºC
Enmantecar un molde cuadrado o rectangular de paredes bajas, forrarlo con papel manteca y volver a enmantecar. Reservar en la heladera
Derretir el chocolate junto a la manteca a baño maría o en microondas (con mucho cuidado porque si se quema el chocolate adquiere una textura rugosa y se arruina su sabor)
En un bol mezclar el azúcar y los huevos, sin batir demasiado. Incorporar esencia de vainilla
Cuando hayan perdido un poco de temperatura, agregar el chocolate con la manteca a los huevos. Mezclar e incorporar la harina tamizada con el cacao y el polvo de hornear.
Integrar bien todos los ingredientes, no es necesario batir. Si le querés incorporar nueces, pásalas por un poquito de harina y las agregás ahora. También podés cortar en pequeños trozos dos barras de chocolate amargo e incorporar al final
Distribuir la mezcla en el molde, cuidando que quede parejo. Te va a parecer que la masa alcanza justo y queda una capa muy finita, es porque estos brownies no son muy altos.
Hornear durante 18 a 25 minutos dependiendo de tu horno. El gran secreto de los brownies es sacarlos del horno a tiempo, deben estar todavía un tanto húmedos cuando introduces un palillo en el centro.
Dejar enfriar sobre una rejilla.
Cortar en trozos pequeños de 3 x 3 cm. aproximadamente. Yo en general me guardo los bordes para comer en casa ya que a veces quedan un poco más secos.
Se conservan por varios días guardados en una lata o taper bien cerrado.

Te recomiendo calentarlos unos 5 segundos en el microondas luego de dos o tres días de haberlos hechos. Quedan geniales!!