dedicadas a Maru... y a todos los H.I.J.O.S
Siempre me gustaron las cosas dulces...cuando era chica disfrutaba enormemente de los chocolates y golosinas que día tras día nos traía mi abuela Ofelia de su kiosko. Recuerdo que cuando íbamos allá con mi hermana, nos sentíamos orgullosas de que nos dejaran atender a los clientes...la gente señalaba lo que que deseaban llevar y nosotras corríamos con suma delicadeza el vidrio repartido (que en esas épocas se usaba mucho para exhibir las golosinas en los kioskos) y se lo entregábamos felices, como si fuera un pequeño tesoro. Una vez concluida la venta, mi abuela o mis tías nos decían "elíjanse lo que quieran" y ahí estábamos de nuevo desplazando el cristal para tentarnos con alguna dulzura.
Lo cierto es que hoy en día muchos productos envasados han perdido la calidad y no resultan saludables. especialmente las galletitas, que en casa consumimos bastante. Por eso decidí hacerlas caseras. Saber lo que comemos es uno de los primeros pasos para una alimentación más consciente.
Desde hace años voy probando diferentes recetas de galletas y no me ha ido muy bien con la mayoría de ellas. Tuve que cambiar cantidades, ir probando de a poco hasta llegar a lograr una consistencia crocante pero suave por dentro, gustosa, con el dulzor suficiente, que no se desarme pero que tampoco sea dura.
Me acuerdo que las hice mucho unos veranos atrás, cuando estábamos viviendo en Nono y recibimos a primos y amigos. La imagen de llegar al río Los Sauces con la canasta llena de galletas y muffins para tomar mate al atardecer me dibuja una sonrisa. Guardo muchas fotos mentales de momentos como ese, donde todo parecía fluir tan intensamente como el río.
Ahí van. Perfectas para compartir, y también para guardar en una lata en casa y robar una mientras pensamos en otra cosa...
Alquimia
En un bol mezclamos bien 75 gr. de manteca pomada con media taza de azúcar común y media taza generosa de azúcar integral de caña. Agregamos si tenemos un chorrito de escencia de vainilla y ralladura de media naranja. Sumamos un huevo y mezclamos nuevamente.
Ahora tamizamos 110 gr. de harina 0000 y 110 gr. de harina integral con media cucharadita polvo para hornear y pizquita de bicarbonato de sodio. También ponemos siempre y cuando te guste, una cucharadita de canela en polvo y un dedo de ralladura de jengibre.
Agregamos todo esto a la mezcla anterior, unimos bien e incorporamos tres cuartos taza de avena arrollada. Por último ponemos un buen puñado de nueces partidas en trocitos (si tenés ganas de tostarlas su sabor se intensifica increíblemente) y chips de chocolate.
Te va a quedar una mezcla bien compacta y así debe ser. La dejamos en la heladera por media hora o más.
Encendemos el horno a 180° C. y elegimos un molde chato lo más grande posible, si tenés una placa de silicona es de mucha ayuda y sino enmantecada y enharinada
Para armar las galletitas, tomamos un poco de masa y hacemos bolitas con las manos, colocándolas en el molde bien separadas unas de otras, o sino podés poner una porción de masa ayudándote con dos cucharas y vas armando las galletas de la misma forma. Las podemos aplastar un poquito o dejarlas así de acuerdo a si las queremos más chatas o más altas.
Las tendremos listas en 14 a 18 minutos. Cuando vemos que la base ya está un poco doradita, las retiramos y dejamos enfriar en rejilla. Si se nos pasan, van a quedar duras y algo quemadas por debajo.
Podés probar de ponerle todo azúcar integral si querés hacerlas más sanas y las nueces también podrías reeplazarlas por almendras, maní, avellanas. Otra opción es incorporarle arándanos frescos, quedan riquísimas. Bon appétit!
Mori de amor! Gracias sole x tus manos en mi alma. Maru
ResponderBorrar